Esta obra literaria escrita con estilo satírico y de crítica mordaz por el autor Sebastián Salazar Bondy , refleja como muchos negocios se realizan, en un nivel de intercambios de palabras, pues carecen de un sustento material ya que no hay créditos ni capitales y detrás de éstos sólo existe una posición social que los hace funcionar.
Según la crítica
del autor los hombres de negocios son asalariados que sabiendo motivar a los
que verdaderamente tiene el dinero lo ponen a su disposición Obedot es un
personaje de este corte y aunque exhibe muchos defectos también lo acompañan
virtudes entre la que se menciona la forma elegante en que inmoviliza a sus
acreedores.
El personaje
Obedot diariamente aumenta las deudas no los intereses, pues cree firmemente
que es una manera de fabricar dinero. Según él “el día en que fue inventada la
moneda no se hizo otra cosa que emprender la más grande y universal estafa” y
así él es un miembro más de los innumerables que se encargan de poner en
práctica esta verdad.
El estudiante Castro le amarga su intensa vida, al
enamorarse de Pitusa, su hija, el único bien que no está enajenado a segundos.
Castro para definir claramente la situación reúne a todos los acreedor es y
falsos ricos denunciando la verdadera naturaleza del prototipo del ejecutivo
moderno y en este aparte vemos de paso el estilo sarcástico de la obra:
“Esta casa está construida sobre cimientos de
pagarés y con paredes de vencimientos, con techos de pignoración, con muebles
de protestos, con luz de desalojos, y en ella se comen sopas de finanzas,
guisos hipotecarios y postres a plazos, quizá mañana, tal vez ahora mismo, se
llevarán íntegramente los lujos y las ostentaciones que aquí relumbran”.
Verdad a la que Obedot no le presta mucha atención,
pues cundo llegue la ruina recomenzará de nuevo el ciclo de convencimiento de
algún magnate o gerente de banco que en virtud del conocimiento detallado de
aquel mundo lo refinanciará y de esta forma cancelará sus deudas e incluso
ganará más dinero.
Obedot es pues un retrato fiel del pícaro moderno
que se empotra en gigantescas empresas, pareciendo una figura de mucha solidez
pero que adolece de sentar sus bases en pisos movedizos, y que repentinamente
se desmoronan como gigantescos colosos de barro, ya que el mundo financiero que
representa opera sobre palabras y papeles.
Salazar Bondy, así, da cuenta agudamente de la
.farsa de la burguesía criolla.
En conclusión podemos decir que esta obra el autor nos lleva a reflexionar sobre los grandes intereses
que los bancos imponen en sus préstamos
a las personas , los cuales muchas veces
conllevan a la bancarrota de los prestamistas dejándolos en un estado de
carencia de recursos , o la perdida de negocios , empresas y demás propiedades.
Es por eso que para endeudarnos tenemos que pensar razonablemente y ver que
haremos con el dinero prestado para saber darle un muy buen uso y tener máximas
utilidades.
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